Una lámpara UV consiste en un bulbo o tubo de cristal de cuarzo relleno de gas, con dos electrodos en los extremos, que al suministrarle electricidad forman un arco eléctrico entre ellos, calentando y subiendo la presión de dicho gas y produciendo la emisión de luz.
En función de los gases y aditivos que contenga la lámpara se obtendrá un espectro u otro.

Las lámparas ultravioleta destacan por su versatilidad y funcionalidad en cualquier campo de aplicación, ya que este sistema no implica el uso de disolventes. Sus principal uso es el curado o secado de materiales por polimerización y/o oxidación.

El curado UV consiste en la solidificación de tintas, barnices... mediante uso de radiación ultravioleta sobre materiales en proceso de acabado.